De nuevo el patrimonio audiovisual valenciano en manos de Subtitula’m

Por segundo año consecutivo Culturarts nos encomienda la labor de digitalización del patrimonio audiovisual valenciano en pasos estrechos a partir de películas amateur y familiares. Ya en el 2015 conseguimos digitalizar miles de metros de películas que los depositantes valencianos confiaron al archivo fílmico. Otro año más pondremos nuestro granito de arena para conformar una parte importantísima de los fondos cinematográficos: imágenes de reuniones familiares, costumbres, fiestas locales, eventos deportivos y culturales, etc. La historia de la Comunidad Valenciana vista a través de los ojos de sus gentes.

Si quieres informarte sobre el contrato de depósito voluntario y de comodato, visita esta web:  http://ivac.gva.es/la-filmoteca/archivo-filmico/presentacion-filmico

«Mapplethorpe: Look at the Pictures»

Durante el festival de cine DOCUMENTAMADRID 2016 celebrado en la Cineteca del Matadero, se proyectó un largometraje sobre la vida y obra del fotógrafo estadounidense Robert Mapplethorpe. Quizás, a quienes no estén relacionados con este arte, este nombre no les diga nada, pero su obra es fácilmente reconocible. Además de por la temática, por su cuidado blanco y negro a la hora de revelar las fotos (tarea que realizaban otros por él, aunque bajo su constante supervisión). Es difícil no relacionar foto y cine dados sus variados denominadores comunes. Al fin y al cabo, la película, el carrete, es la base de ambas para captar la imagen. La fotografía es una imagen fija; el cine, una sucesión de imágenes en movimiento. A estas alturas, con la introducción del cine digital, esto quizás suene a agua pasada, a caminos que no vale la pensa desandar. Pero es difícil no reivindicar de alguna forma aquella época. Por supuesto hablamos de cuando todavía se usaban laboratorios con cubetas y pinzas y líquidos de revelado para parir fotografías. Y de cuando en el cine se transportaban durante los rodajes bobinas gigantescas en las que se grababa la película a 24 fotogramas por segundo. Todo pesaba más, todo era más caro y más costoso y más difícil de editar y manipular. Por lo tanto, no todo valía, no era tan fácil hacer cualquier cosa y en cierta forma siempre había cierta artesanía encubierta. El documental sobre R.M. nos retrotrae a esta época de cámaras ruidosas, de habitaciones del Chelsea Hotel, de estudios en calles estrechas y sin luz de la ciudad de Nueva York. Muchas de las personas que compartieron con él su vida van tejiendo a su vez la de este fotógrafo con sus testimonios. Por suerte o por desgracia (esto es algo muy personal), no corrieron la misma suerte que él, y nos ayudan a entender a través de su propia historia, el contexto que mediatizó la magia de este genio.